Hace varios días que no dedico una entrada, he estado un poco ocupada con un curso intensivo, pero ya estoy de vuelta. Y hoy lo dedicare a esta pintura de Manet que realizó en 1877 y que se encuentra en Kunsthalle, Hamburgo.
El personaje de Naná aparece en la novela de Emilie Zola en 1876. Naná es una joven inteligente y oportunista que decide convertirse en una prostituta de élite para abrirse camino. El pintor traza la figura de una muchacha vanidosa que se pasaba horas delante del pequeño espejo colgado sobre la mesilla de noche. Manet opta por representar con exactitud este rasgo del personaje, ligero e incluso divertido, con una borla de polvos en la mano, descartando toda connotación amarga y de crítica social. Naná suspende por unos instantes los últimos retoques de su maquillaje para volverse a mirar al espectador.
Tiene una atmósfera alegre y hasta la inclusión del personaje con sombrero de copa le añade un aire de torpeza más a él que a la muchacha. Rígido e impaciente en contraste con la distraída pausa de Naná, el borde del lienzo lo corta por la mitad; prefigura al conde Muffat de la novela Naná, que Zola dedica a la prostituta en 1880.
La obra fue rechazada en el Salón de 1877 ya que constituía una provocación por el asunto, por el estilo, cercano al impresionismo, y por el formato, demasiado grande. Manet lo expuso de todos modos en el local del marchante Giroux, suscitando gritos de indignación o risas. El escándalo se debía también a que la modelo era reconocible, una joven actriz amante del príncipe de Orange.
Manet fue un pintor francés, reconocido por la influencia que ejerció sobre los iniciadores del impresionismo (23 de enero de 1832 – 30 de abril de 1883). De todos los artistas de su tiempo, Manet era quizás el más contradictorio. Aunque se le consideraba un personaje controvertido y rebelde, Manet se pasó casi toda su vida buscando la fama y la fortuna, y lo que quizás sea más importante, un pintor que ahora es aceptado como uno de los grandes, solía mostrarse inseguro de su dirección artística y profundamente herido por las críticas hacia su obra.
Tuvo que esperar al final de su vida para conseguir el éxito que su talento merecía. Pese a que se le considera uno de los padres del Impresionismo, nunca fue un impresionista en el sentido estricto de la palabra. Por ejemplo, jamás expuso con el grupo y nunca dejó de acudir a los Salones oficiales, aunque le rechazaran. Afirmaba que «no tenía intención de acabar con los viejos métodos de pintura ni de crear otros nuevos». Sus objetivos no eran compatibles con los de los impresionistas, por mucho que se respetaran mutuamente.
Muy bonita la pintura, mrsdarcy. Gracias por contarnos su historia :)
ResponderEliminarHola!!
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Melannie.
Qué hermoso cuadro!! Me encanta el arte!! Y áún más interesante es lo que nos cuentas...!!
ResponderEliminarBesos!!
Me encanta que me cuentes los cuadros! y que belleza de Naná... me lo llevo!
ResponderEliminarUn besote!